jueves, 24 de marzo de 2011

¿Fuma...?

Me quede de nuevo dormido, el sonido del tren continuo y sin descanso hizo que se me cerraran los ojos, había madrugado y era normal por las horas y mas después de comerme un bocadillo de tortilla de patata que estaba riquísimo.Al despertar apoyaba mi cabeza sobre el cristal, me incorpore de nuevo para arreglarme y subirme  un poco el pantalón tras la pequeña y tranquilizadora siesta, eran las 14 horas dela tarde y el paisaje esta vez si era muy distinto al de algunas horas antes.
Atravesábamos un bonito valle con pequeños riachuelos a sus lados, todo era muy verde y el agua blanca con una limpieza inigualable,me llamaron la atención la presencia de numerosos pájaros  posados a los lados de la vía en  uno y en otro lado, otras aves mas grandes y de finas patas comían en el verde del campo que atravesábamos.
El abuelo consumía una faria en sus labios, y el olor y el humo de aquel tabaco me hicieron irremediablemente toser varias veces.


Abuelo- ¿Desea uno joven?- con cierta sonrisa-
yo-           No, muchas gracias no fumo....


Enseñándome una cajita pequeña con mas farias dentro de ella.
Abuelo-llevaba mas de 35 años guardándolos-con una carcajada-
yo- No se los fumo  por lo que veo.
Abuelo- Mi esposa nunca me dejo fumar en casa.... decía que ese veneno acabaría conmigo el día menos pensado.
yo- Su esposa era una mujer sabia...puedo traducir que su mujer era mujer de carácter.
Abuelo- si ,la verdad es que si, no va usted muy desencaminado..
yo- mi madre también tenia su genio...pasaron algunos años hasta que dejo de prohibirme las cosas- con una ligera sonrisa-.


El abuelo siguió fumando gustosamente su faria derrochando una imagen de felicidad exquisita, yo lo miraba con el rabillo del ojo haciendo aspavientos para quitarme el humo de la cara.
Bajo un cielo azul precioso me dispuse abrir la ventana del camarote con sumo cuidado, ya que desconocía como funcionaba aquel artilugio lo hizo con el miedo de no romperlo y pagar  así los daños ocasionados.
El aire que entro me supuso como un salto a libertad mas liberadora,enseguida se limpio el compartimiento del olor a faria y reino la frescura y la limpieza del exterior, el olor a papel del peridoto que mantenía en mis manos puso el broche de oro a tal sensación de felicidad.
A los pocos minutos note como el tren se iba parando lentamente, desminuia la velocidad considerablemente mientras las bocinas en la parte delantera sonaban esta vez mas fuerte que al principio.
No pude mas que asomarme por la ventana del habitáculo para saber que podría estar pasando cuando el tren en cuestión de segundos se detuvo finalmente.


¡¡¡Control, control!!! cojan sus billetes y mantengan sus maletas abiertas...


Esa voz que provenía del pasillo tengo que reconocer que me creo un nudo en la garganta....

2 comentarios:

  1. Daniel,me parece tan bonito lo que estás contando...,por favor,para el año que viene me reservas un billete para ese tren...que te acompañaré.

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  2. pues claro que si, mantendre la taquilla abierta, es un bonito viaje, te sorprendera el final.
    un beso astun

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